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Los beneficios no monetarios que más buscan los trabajadores en sus empleos
31 de agosto de 2021
Las dificultades para atraer y retener talento pueden estar ligadas al salario emocional, aquellos beneficios que no implican una retribución económica, por ello es importante definir cómo integrarlo en las empresas.
El salario emocional es el concepto que resume de forma perfecta todos los beneficios no monetarios que pueden recibir las personas trabajadoras y que hoy en día son un factor clave para la atracción y la retención de talento.
A nivel general, los beneficios monetarios continúan siendo la razón principal para aceptar una oferta de empleo, pero las personas también valoran la cultura organizacional, las posibilidades de maximizar su potencial y las condiciones laborales prevalecientes según el estudio de Remuneración 2021: México y Centroamérica de PageGroup.
Existe una confusión en torno al concepto de salario emocional, ya que se piensa que son elementos que no requieren de una inversión por parte de las empresas, sin embargo, esto no es así. En general se trata de todos los beneficios que uno como empleado recibe que no tienen un componente de retribución salarial directa.
En ese sentido, algunos beneficios como los seguros de gastos médicos mayores o la asignación de automóvil, son parte del salario emocional por el valor que tienen para los colaboradores, pero son elementos que sí requieren de asignación de presupuesto por parte de la organización.
¿Cuáles beneficios no monetarios son los que más buscan los trabajadores?
1. Flexibilidad laboral
2. Seguros de gastos medicos mayores o menores
3. Tarjetas de recompensas
4. Vales de despensa
5. Celebración/regalo de cumpleaños
6. Desarrollo profesional
7. Trabajo con un propósito
8. Buen liderazgo
9. Ambiente laboral amigable y que fomente la productividad
Parte de estos beneficios requieren de presupuesto. Sin embargo, lo importante en el diseño del salario emocional no es la inversión o las acciones que se puedan tomar sin recursos, el verdadero sentido es que la oferta esté alineada con los intereses y necesidades del capital humano.
Para integrar el salario emocional, el primer paso que deben dar las organizaciones es escuchar y observar a sus trabajadores para conocerlos mejor.
El segundo paso es entender las diferencias entre los colaboradores. Un grave error que se comete es pensar que las necesidades y motivaciones del personal son las mismas que las nuestras. Por ejemplo, un colaborador recién egresado de la universidad no tiene las mismas motivaciones e intereses que una persona mayor de 45 años y con hijos.
Una vez que la empresa ha realizado el proceso de escucha y ha entendido las diferencias de intereses y motivaciones en su capital humano, el tercer paso es implementar el salario emocional, consciente de que la oferta de valor puede ser diferenciada como un traje a la medida para cada trabajador.
Con información de Factor Capital Humano. https://factorcapitalhumano.com/